DELIA. Crónica de un abrazo: Una platea colmada

viernes, 13 de noviembre de 2015

Una platea colmada

La platea del Auditorio Gregorio de La Ferrêre, de Argentores, se vio desbordada de público el 19 de octubre cuando Stella Matute presentó su primer libro: "DELIA. Crónica de un abrazo".

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Sanrafaelina de nacimiento y porteña por adopción, Stella Matute es actriz, facilitadora corporal, gestora cultural y narradora. Lleva estrenados más de cincuenta espectáculos teatrales dirigida por los más destacados directores de la escena nacional. Por su labor artística ha sido nominada a los Premios "Florencio Sánchez" y "Trinidad Guevara" (2001); a los "Estrella de Mar" (2006/7 y 2007/8) y a los "ACE" (2013). Fue premiada con el "Premio Eikon", con el "Premio Especial del Honorable Senado de la Nación" (2004) y con el "E.T.S." (2007). También recibió el "Premio Nuevas Miradas en la Televisión" a la Mejor Actriz de Reparto por su trabajo en "Memorias de una muchacha peronista" (2013). Entre 2011 y 2014 participó como directora de Ciclos de Teatro Semimontado y del Ciclo de Dramaturgas organizado por el Teatro Nacional Cervantes. Este es su primer libro.

Nacida en San Rafael, Mendoza, en 1949, fue poeta, escritora, correctora literaria y militante, además de estudiante de Filosofía y Letras en Buenos Aires , carrera que abandonó casi al terminar. Luego estudió y se graduó como maestra de ciegos.
Militante comprometida con lo político y lo social, en 1976 sufrió la dictadura militar y la desaparición de sus compañeros; eso derivó en que se autodefiniera como una sobreviviente de la tragedia, lo que marcó definitivamente su vida. Durante esos años de plomo escribió cuentos y poemas, entre los que se destacan los trabajos “Expertas en coraje y duelo”, dedicado a las Madres de Plaza de Mayo, y “Parte de ausencia”, dedicado a los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos.
Luchadora apasionada por la memoria, la verdad, la justicia y por un mundo mejor, falleció de forma inesperada el 13 de agosto de 2012, y mereció que sus compañeros, amigos y familiares la despidieran con las frases “¡Ha muerto una revolucionaria! ¡Qué viva la revolución!”